La artrosis de rodilla: fases, diagnóstico y opciones de tratamiento
La artrosis de rodilla es una forma común de artritis que puede afectar a varias articulaciones del cuerpo, incluida la rodilla. La rodilla es especialmente susceptible a la osteoartritis, ya que es una articulación que soporta peso y que, con el tiempo, experimenta un estrés y una presión considerables. En este artículo analizaremos las fases de la osteoartritis de rodilla, cómo se diagnostica y las opciones de tratamiento disponibles.
Etapas de la osteoartritis de rodilla
La osteoartritis de rodilla es una enfermedad progresiva que se desarrolla a lo largo de varios años. Los médicos suelen utilizar estadios para describir la progresión de la enfermedad. La clasificación de Kellgren-Lawrence (KL) es un sistema utilizado para describir los estadios de la OA de rodilla, pero existen otros sistemas de clasificación.
Los estadios que se indican a continuación siguen la clasificación KL, basada en una serie de radiografías de OA de rodilla.
Fase 1: Menor
En las primeras fases de la artrosis de rodilla, es posible que la persona no experimente ningún síntoma. Una radiografía puede no revelar ningún daño, pero los crecimientos óseos denominados osteofitos pueden ser un signo temprano de osteoartritis. Otros cambios en la articulación en esta fase pueden ser daños leves en el cartílago y el estrechamiento del espacio entre los huesos de la articulación. En esta fase, es poco probable que una persona experimente molestias o dolor. En una radiografía, la articulación parece sana.
Fase 2: Leve
En esta fase, es posible que una radiografía muestre un estrechamiento del espacio articular y espolones óseos. La persona puede empezar a notar rigidez y dolor en la articulación, sobre todo después de descansar durante un tiempo. La zona donde se unen los huesos y los tejidos empezará a endurecerse, y también se desarrollará una fina capa de hueso bajo el cartílago de las articulaciones. Puede haber algún daño menor, pero los huesos no rozan ni se raspan entre sí. Hay líquido sinovial, que ayuda a reducir la fricción y favorece el movimiento de la rodilla.
Fase 3: Moderada
En esta fase, una radiografía mostrará un claro estrechamiento del espacio articular, cierto desarrollo de espolones óseos y algunos daños en el cartílago y otros tejidos. También puede ser visible una posible deformidad en los extremos de los huesos. La persona puede notar dolor y molestias durante las actividades cotidianas, como correr, caminar, arrodillarse y agacharse. Puede haber signos tempranos de inflamación articular, hinchazón y acumulación de líquido alrededor de la articulación debido a la sinovitis, que la gente a veces llama agua en la rodilla. A medida que avanza la artrosis de rodilla, el cartílago sigue adelgazándose y rompiéndose. Los huesos responderán engrosándose y formando crecimientos óseos hacia el exterior.
Fase 4: Grave
En esta fase, una radiografía mostrará un estrechamiento grave del espacio articular, como resultado del cual los huesos se juntan y rozan. Habrá un desarrollo significativo de espolones óseos, y el cartílago puede haberse erosionado por completo o casi por completo. También puede ser visible una deformidad definida en los extremos de los huesos. La persona puede experimentar rigidez en la articulación, inflamación constante, menos líquido alrededor de la articulación y dolor y molestias importantes incluso durante movimientos sencillos. En esta fase, el médico puede recomendar una intervención quirúrgica.
Diagnóstico de la OA de rodilla
Es posible que una persona no note síntomas en las primeras fases de la artrosis de rodilla. Si una persona tiene dolor de rodilla, el médico le preguntará sobre los síntomas, por ejemplo cuándo y dónde se producen el dolor y la rigidez, si la rodilla cruje o chasquea con el movimiento y cuánto dura el dolor por la mañana. El médico también preguntará por los antecedentes médicos personales y familiares y realizará una exploración física completa, que incluirá pruebas diagnósticas.
Entre las pruebas posibles se incluyen radiografías para evaluar los daños en la articulación, resonancias magnéticas para ayudar a detectar signos precoces que una radiografía puede no revelar y análisis de sangre para ayudar a descartar otras enfermedades, como la gota y la artritis reumatoide. En algunos casos, el médico puede recomendar una prueba de líquido articular, que consiste en extraer un poco de líquido con una aguja y enviarlo a un laboratorio para su análisis. Los resultados pueden mostrar biomarcadores de inflamación. Sin embargo, los expertos no lo recomiendan a menos que haya signos de hinchazón que puedan indicar inflamación articular o sinovitis. En este caso, las pruebas podrían ayudar a detectar la artritis reumatoide.

Opciones de tratamiento de la OA de rodilla
Las opciones de tratamiento de la artrosis de rodilla dependen del estadio de la enfermedad y de la rapidez con que evolucione. La osteoartritis no tiene cura, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Fase 1
En esta fase, los síntomas suelen ser leves, y el paracetamol u otros medicamentos de venta libre suelen aliviar el dolor. Es posible que el médico recomiende ejercicios específicos para aumentar la fuerza y la movilidad. Según la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS), no hay pruebas suficientes que demuestren que suplementos como la glucosamina ayuden.
Fase 2
En esta fase, los tratamientos pueden incluir la toma de analgésicos, la asistencia a sesiones de fisioterapia para desarrollar o mantener la fuerza y la flexibilidad, el uso de una rodillera diseñada para aliviar la presión sobre las superficies articulares y el uso de plantillas en el calzado para reducir la tensión sobre la rodilla. En esta fase, puede ser necesario adaptar o cambiar las actividades cotidianas para evitar el dolor.
Fase 3
En esta fase, los tratamientos pueden incluir tomar analgésicos de venta libre, como el paracetamol, tomar analgésicos con receta, como la oxicodona y la codeína, y recibir inyecciones de corticosteroides. En el pasado, se utilizaba ácido hialurónico para tratar el dolor. Sin embargo, tanto el American College of Rheumatology (ACR) como la Arthritis Foundation (AF) lo desaconsejan, ya que no existen pruebas suficientes que demuestren su seguridad o eficacia.
Fase 4
En esta fase, el cartílago ha disminuido considerablemente o se ha desgastado por completo. La persona puede seguir tomando analgésicos. Un bastón, un andador o un aparato ortopédico pueden ayudar a mantener la movilidad. El médico puede recomendar una intervención quirúrgica para sustituir o realinear la articulación.
Los remedios alternativos para la artrosis de rodilla incluyen alcanzar un peso moderado si procede, obtener información sobre cómo controlar la afección, practicar tai chi, utilizar una rodillera, hacer ejercicios de equilibrio, practicar yoga y someterse a terapia cognitivo-conductual para ayudar con el dolor, el estado de ánimo y los problemas de sueño. También se puede probar la acupuntura, la terapia de impulsos magnéticos o el lavado con aguja, que consiste en insertar una aguja en la articulación e inyectar una solución salina. Sin embargo, la AAOS señala que no hay pruebas suficientes que confirmen que estos tratamientos sean seguros o eficaces.
La terapia con células madre para la artrosis de rodilla se está investigando por su potencial para regenerar el cartílago. Sin embargo, sigue siendo costosa, requiere múltiples rondas y puede ser ineficaz para las personas con un índice de masa corporal superior a 35. Algunas clínicas ofrecen terapia con células madre para la OA, pero la FDA advirtió contra su bombo en 2017. El ACR y la AF desaconsejan firmemente la terapia con células madre debido a la falta de normas reguladoras y a riesgos como reacciones en el lugar de la inyección, crecimiento celular involuntario, fracaso de las células para funcionar como se esperaba y riesgos tumorales.
Participe en un ensayo clínico sobre la OA de rodilla
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